Jornadas de 20 horas, palpitaciones diarias, insomnio, dolor corporal constante, herpes o caída del cabello. ¿Cómo no me iba a costar escribir un email? ¿Cómo no me iba a enfadar que me llamaran por teléfono? Me costó asumir que estaba pasando por un profundo agotamiento laboral pero aprendí algunas cosas que pueden servir a otras personas que atraviesen la misma situación. Leer
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